Un estudio de la Corporación de Apoyo al Celíaco basado en la experiencia de este grupo de personas indicaría que la mayoría de ellos no tiene seguridad de que el plato que reciban en establecimientos gastronómicos en el país sea realmente seguro.
El “salir a comer fuera de casa” se ha transformado en una práctica habitual en el mundo moderno y también en Chile, especialmente después de la pandemia Covid-19. A pesar de que para muchas personas esta práctica parezca tan simple y cotidiana, es todo un desafío para las personas que padecen enfermedad celíaca o alergia alimentaria, que necesitan una dieta especial restrictiva que elimine ciertos alimentos o ingredientes para no sufrir trastornos en su salud. “Estas dietas especiales no son un capricho o una moda para ellos, son el único tratamiento efectivo que existe y no hacer el tratamiento tiene complicaciones serias para su salud”, explica la Dra. Magdalena Araya, presidenta de
Coacel.
Un estudio reciente de
Coacel abordó 377 adultos que tienen estas condiciones, a quienes se les consultó cómo era su experiencia cuando se alimentan fuera de casa. “Encontramos que, efectivamente, la práctica es muy frecuente, y más importante aún; un tercio de ellos relata haber sufrido reacciones adversas en esas ocasiones”, señaló. El 94% dijo que el personal que los atiende u ofrece el servicio, aunque tienen una actitud amable y positiva, desconocen estas condiciones y su obligación de restringir la dieta.
Si bien la frecuencia de reacciones dañinas es similar entre celíacos y alérgicos, esto significa que los factores que dependen del cliente, ya sea celíaco o alérgico -como edad o diagnóstico, la frecuencia con que se sale a comer fuera y otros- no influyen en sufrir o no una respuesta adversa. Los determinantes del riesgo se centran más bien en características asociadas a los establecimientos que ofrecen el servicio, principalmente, la información que se entrega a los clientes acerca del menú y los ingredientes utilizados, la capacitación del staff y las características del lugar, como organización de la cocina, equipos utilizados, utensilios y baños.
Las personas afectadas dicen estar acostumbradas a explicar su necesidad de dieta especial, porque lo ven como parte de su compromiso consigo mismas de manejar su enfermedad y tratamiento, pero nunca tienen seguridad de que el plato que reciben finalmente sea realmente seguro. Los resultados del estudio indican claramente que la responsabilidad es compartida, y que los establecimientos (restaurantes, hoteles, casinos y otros) no han tomado conciencia de las implicancias - positivas y negativas- de brindar un servicio seguro para los clientes con dietas especiales.
La ley 21.362 actualmente exige que se informe sobre enfermedad celíaca y alergia alimentaria y que se apliquen Buenas Prácticas de Manufactura en el manejo de alimentos libres de gluten y/o alergenos.
“Esta normativa busca empoderar al grupo afectado, que está siendo progresivamente más exigente, y les entrega voz para contribuir a fiscalizar y exigir sus derechos”, comenta la presidenta de
COACEL.
Esta oferta está creciendo. Un estudio reciente de Valuates Reports estima en US$4,3 millones el mercado del gluten, con un crecimiento de US$7,5 millones proyectado para 2027 a nivel global. “En este escenario, pensamos que poseer capacitación y acreditación en estas dietas restrictivas, es un elemento diferenciador para quienes ofrecen servicios de alimentación, brindándoles ventajas competitivas en el área, e incluso, la oportunidad de fidelizar a este grupo de consumidores ofreciéndoles un espacio confiable de consumo”, indicó.
Más sobre
COACEL
COACEL (www.coacel.cl) cuenta con vasta trayectoria en capacitación y acreditación a empresas, instituciones y personas que requieren implementar dietas restrictivas y cuidar su salud. Su misión es mejorar el manejo y el acceso al cuidado médico, nutricional y psicosocial de las personas que padecen enfermedad celíaca y otras enfermedades asociadas al consumo de gluten. La enfermedad celíaca, la sensibilidad no celíaca al gluten y la alergia al trigo son patologías asociadas al consumo de gluten cada día más frecuentes a nivel global y en Chile, se conoce poco acerca de ellas y requieren acciones para mejorar su manejo y acceso a la salud.