Desde sus comienzos, la idea del restaurante era la de un proyecto gastronómico consciente, es por esto que Barrio Huerto, emplazado a pasos de la aduana en la parte más céntrica del barrio puerto, trabaja una carta que cambia como las cuatro estaciones que tiene nuestro lindo Chile lindo.
Y es que en esta carta encuentras espacio para todos los comensales, partiendo por los ya más clásicos vegetarianos y “carnívoros”, hasta términos más modernos como son los intolerantes al gluten o a la lactosa, rawdicales y veganos.
Siguiendo esta línea, en su propuesta busca hacerse parte de proyectos como la asociación de restaurantes sustentables y, al mismo tiempo, están trabajando para certificarse con la fundación basura cero.
El trabajo con sus proveedores fomenta el comercio local, y las frutas y verduras llegan de las manos de su vecino el mercado Cardonal. En voz de su chef sería algo así como “no vendemos nada que no se encuentre en la temporada ni que haya que ir a buscar al otro lado del mundo”.
Gissele y Fabián, sus dueños, se han encargado de ir madurando el concepto y revolver la olla, y fue asimismo metiendo la cuchara que se encontraron con Alejandro, joven Chileno-Español y actual chef del proyecto desde marzo de este año.
De trayectoria en alta cocina, fuegos como los de Verso, define su cocina como rica, moderna y vanguardista, sin descuidar la esencia de sus recursos, respetando la tradición. Su brigada de cocina es joven. Él es el mayor de la cocina y tiene 25. Fluye en esos fogones la creatividad y el compañerismo, la creación en conjunto.
Una de las características que definen a Barrio Puerto es la juventud, siendo muy grato ver que la cocina chilena está avanzando y permitiendo espacios como éste en que sólo se conoce el atrevimiento y al mismo tiempo el recuerdo de los platos que hacía la abuela los domingos por la tarde.
Su carta conquista con platos tradicionales como una paella de langostinos (paella valenciana), la caldereta de choritos (que rememora los tradicionales moules frites) y se atreve con ese maravilloso pulpo asado y crema de choclo dulce, o su Crema de verano: helado de queso cabra, pumpernickel, láminas de frutilla y pepino en gazpacho de tomate.
Su pastelería es entretenida y vegana, falsas frutas, helados caseros, cremas y semifríos vegetarianos y libres de químicos. Aquí hago un alto, me declaro salada, cocinera y amante de los fuegos, y es esa la parte que más disfruto de mi profesión pero debo mencionar que el postre Chirimoya alegre me hizo llorar como a Ego en Ratatouille, mi mente viajó a la infancia y las mañanas recorriendo mi barrio entre frutas y la bella melodía de la feria.
Su carta de vino fue en primera instancia trabajo en conjunto con la Vinoteca y hoy en día ha evolucionado hacia una búsqueda del trabajo de la región, no es novedad encontrar botellas de trabajo pequeño y artesanal, vino de garage como dirían algunos, pequeños diamantes y tesoros que, para quienes amamos el vino, resultan ser la grata sorpresa a la altura de la propuesta. Su coctelería incluye cariñitos como el trabajo con Trakal y cerveza Coda, o el maravilloso trabajo de los vinos Tinta tinto, un partner que va en la misma línea consciente.
Todo el ambiente, si lo observas con atención, cuenta una historia, y sus muros también. Las instalaciones de Barrio Huerto fueron antes una bodega portuaria, dependencias de la tía rica (casa de subastas), hotel del barrio chino, cocinería en los 80’s, club cabaret. Actualmente, lofts y en ¼ de la primera planta Barrio Huerto.
Sin duda alguna un imperdible e imperdonable de la V región, a pasos del metro y de la aduana, a pasos de todo, si hasta de Santiago queda cerquita.
Síguelos!
Facebook: Barrio Huerto Valpo
Instagram: @barriohuerto
Fotografías: Iván Vilches