Esta vez mi espíritu goloso me llevo a trascender en busca de algo más allá. No precisamente en busca de un amor como lo hizo sus buenos años atrás el recordado Gamelín Guerra quien justamente en Mejillones, lo encontró.
Llegamos a conocer Espacio Libero un restaurant típico de caleta, que intenta entregar ese ambiente de relajo costero y brisa marina a sus parroquianos. Aquí hay buena disposición y eso se siente. Un aire bonachón que simplemente recurre a lo mejor del mar local y a veces más allá. Con una cocina sencilla, de caleta, ubicado a unas pocas cuadras de orilla de playa.
Así en un día sábado con un calor propio de estos parajes nortinos, Saba Galinda (barwoman), no sirvió un Pisco Sour Diablo, untuoso pero con un toque viril de picor justo en la lengua, ni mucho ni poco (clásico sour pero con doble picor) y un Azul Mejillones, coctel dulce y fresco (A base de whisky, vermouth blanco, curazao azul, zumo de limón almíbar y soda).
La travesía culinaria la comenzamos con Pulpo al Olivo y una Copa de Erizos en Salsa Verde. Ambas preparaciones de buena factura con toda la pompa de su chef Cristian Madrid que juntas se convierten en un verdadero concilio gastronómico en torno al mar en el que Rey Erizo sin duda, gana por su sedosidad y frescura del cual me declaro ferviente amante.
Acto seguido se vino un silencioso cachón de contundentes y sabrosos papeos consistentes en una Albacora Dijon y un Pastel de Jaiba. Si, lo suyo es entregarle generosidad al buche, aquí lo encontrará, sin sombra de remordimiento. Preparaciones correctas y con exuberancia a flor de mar. Para maridar tales comistrajos acariciamos nuestro paladar con un redondo morapio orgánico de la línea Las Mulas cepa carmenere de la viña Miguel Torres, servido correctamente por Alejandro Zuluaga, garzón del ambigú.
Una vez arrasado todo lo servido. Culminamos nuestro acto de goloso con un Tiramisú de la casa y dos porciones de helados de pie de limón y mora crema de la línea Premium de Helados San Francisco. Sin duda un cierre de servicio para insuflar nuestro apetito y corazón.
Y como comer no es la cuestión, tampoco vivir, sino saber por qué. Creo que esta experiencia resulta con saldo a favor. Siendo un local con un toque familiar y la frescura de sus insumos que pudimos deleitar. Pescados de roca, cremosos erizos nortinos, mariscos, chupes y especialidades que compiten bravíamente con otras apuestas del puerto como es su congrio frito.
Sin duda,
Espacio Libero, un lugar ondero en el puerto de Mejillones con simpatía costera. Un sitio de sabores marinos, bien dispuestos y servicios pensando en agasajar al visitante.
Pasaje Léniz 115 esquina San Martín, Mejillones.
+56 9 6670 1623
reservas.espaciolibero@gmail.com
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