La gastronomía de Tailandia es rica, sana y única, fusionando lo dulce, picante, amargo, salado y agrio. Teniendo estos antecedentes, partimos a una nueva aventura de sabores. El lugar: Siam Thai Chile, emplazado en Barrio Italia, Santiago.
Desde el 2016, sus jóvenes dueñas Karla Martínez y Beatriz Solari dieron vida a una segunda etapa de este ondero y especial restobar, luego que su primera sucursal sufriera un incendio. Lo significativo es que con Siam Thai continuaron el legado de su chef ejecutiva, la tailandesa Tipyapa Paipong. Actualmente, el chef Luis Gutiérrez deleita los paladares de su fiel clientela y, por supuesto, el de nosotros en esta más que agradable experiencia.
Para comenzar, la belleza decorativa atrapa. El espacio es precioso y cada rincón es un mundo. Sus sillas de mimbre (chimbarongo) cuentan con lindos cojines estampados y tienen sólo dos “sillas-trono”, uno de ellos ocupado por mí. ¡Yo feliz! Tienen lamparitas vintage, que hacen de cada comida un momento muy íntimo, paredes con ladrillos a la vista, muy típico de la arquitectura de Barrio Italia, y techo alto pintado con ilustraciones de vegetación. Además, una increíble barra corona el lugar, capitaneado por su extrovertido bartender, Luis Miguel Daubeterre, quien prepara los cócteles thai más ricos que he probado. Todo ello, sólo en el primer salón, donde nos ubicamos para saborear lo mejor de la carta de Siam Thai.
La Tabla Siam Thai, para dos o tres personas, nos dio la bienvenida. Es tan rica y a la vez llamativa, que los comensales de la mesa continua también la pidieron y ¡valla que la disfrutaron! Luego, degustamos el Khao Pad Saparod (Arroz frito cocinado sobre piña fresca, mezclado con pasas, huevo, cebollín, cebolla, pollo y camarón) ¡Magnífico! Toques de dulzor y picante muy en equilibrio; Filete con salsa de ostras con arroz blanco muy bien logrado; y el plato que completó esta visita: el Spaghetti Kan Siam (Spagghetti salteado con pollo, camarón, albahaca, leche de coco, curry amarillo, crema, zapallo italiano), el cual no habíamos contemplado, pero que Beatriz no dudó en llevar a nuestra mesa. ¡Mil aplausos!
Para beber, Siam Thai se luce con su coctelería de autor. Hubiésemos probado todos sus tragos, como el Mojito Mekong o el The Asian Siam Sour, sin embargo, nos tentamos por el Siddhartha, el que amamos por su dulzor, y el Singapore Sling, un poco más amargo, pero ya con confianza llegas al dulzor de su esencia. Asimismo, maridamos con una refrescante cerveza artesanal Ñawe. Y como postre, el Bahmi Hwan nos sorprendió, siendo un postre caliente, muy dulce, compuesto de fideos de porotos fritos sobre preparación de leche de coco, crema, frutas y salsa de caramelo. Qué final más sabroso.
Siam Thai es tan buena onda, que te sientes muy a gusto, como en casa, con amigos. Tiene una energía muy linda y la atención de los chicos es bastante agradable y cordial. Cuentan con terraza, estacionamiento para bicicletas, otro salón más relajado y tranquilo y, su música va desde la salsa al swing, jazz y bossanova. Todos elementos perfectos para hacer de la experiencia Siam Thai una de las mejores. ¡Visítenlos! No lo lamentarán.
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Fotografías: Renzo Proccacio