Este restaurante se ha convertido un favorito de los oficinistas iquiqueños, tanto por su céntrica ubicación, como por una propuesta gastronómica de altura, basada en un conveniente menú diario, complementada con una carta con toques de identidad culinaria local.
Santo Pecado entrega diariamente detalles notables de una cocina con fundamento gourmet, a un precio muy asequible. Nos sorprendió su propuesta de menú diario, donde pudimos probar excelentes opciones: Entrantes como una fresca ensalada mixta o una sabrosa crema de zapallo, muy bien sazonada, seguido de opciones de platos de fondo: una gran ensalada con generosos cortes de un sabroso ,y a punto, roast beef, lechugas, palta, tomate y un aliño cesar de la casa, particularmente agradable; pollo a las finas hierbas y papas rústicas, una suntuosa preparación ligada por una salsa cremosa, con notas de hierbas: o cerdo al BBQ con arroz, que tenía una sazón correcta y una salsa agradablemente melosa. Las opciones van cambiando a diario, dependiendo de la estacionalidad y de lo que lo que puedan ofrecer tanto el mar como la tierra tarapaqueña.
Ubicado frente a la catedral, Santo Pecado, sorprende también con sus ensaladas y jugos (nos encantó el de piña-albahaca), que se integran a la oferta del menú diario como una opción más liviana y saludable. En Santo Pecado tambien puedes ordenar a la carta, la cual cuenta con sabias muestras de una cocina internacional fusionada con sabores tarapaqueños.
Pudimos comprobar el compromiso de este local con la región, sus productos y sazón, al degustar su sabroso ceviche de pulpo, acompañado de un favorito iquiqueño: la fusión de un clásico peruano y sus toques chilenos, -la versión local de la papa a la huancaína-, además de un rico sour con el fruto ícono y bandera de la región: el limón de pica. El visitar el centro de Iquique tiene como camino obligado visitar este restaurante, que ofrece valiosas opciones para una experiencia gourmet a precio justo.
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