Maravilloso y mágico es caminar por las calles de Vicuña. Bajo el calor penetrante y uno los cielos más limpios del planeta, nos acercamos a un restaurant muy especial y querido por lugareños y visitantes. Se trata de Chivato Negro, de la artista y también chef, Mane Vidaurrazaga, quien hace un año comenzó este nuevo “hijo” gastronómico luego de otro gran y apreciado proyecto, Oveja Negra, también en Vicuña.
Chivato Negro se emplaza en una enorme casona del 1800, propiedad de Don Custodio Galleguillos, siendo funeraria a principios del siglo XX y luego zapatería “La Colombina”. Hoy, conserva intacto sus cajas de zapatos, vitrina y bolsos colegiales de ese entonces, convirtiéndose así en un museo dentro de la cafetería, que da la bienvenida a todos sus comensales. El tiempo se detiene, para avanzar a un gran salón interior, con piso y mesas en madera, una cocinilla antigua, aledaña a la Biblioteca Popular que Mane ha cultivado desde que se instaló con Oveja Negra, su primera cafetería. Avanzamos en el tiempo para instalarnos en un vergel: árboles frutales (níspero, naranjo, limonero, olivo, chirimoyo, etc) coronan el patio de Chivato Negro, con mesas decoradas con aguayos coloridos, flores en cada mesa, pizarras con frases literarias, y sus tres gatos que entregan tranquilidad, ternura y calma al lugar, incluso Felipe, el gato negro travieso y regalón.
“Nuestra cocina es simple, local y honesta” recalca Mane, siendo sincera respecto de la gastronomía que ofrecen, 100% elquina, con productos del pueblo de Diaguitas, por ejemplo, como la trucha que degustamos en el almuerzo, luego de una entretenida conversación con una Tabla Varillar, consistente en alcachofas gratinadas, champiñones a la oliva y pimienta negra, aceitunas y crocantes de queso de cabra y un exquisito pisco sour.
Bajo la sombra de los árboles, degustamos cerveza artesanal Anima y sus platos estrella, Papas Chivato, que realmente sorprendió; Jarilla, ravioles rellenos de queso de cabra acompañados de salsa atomatada y verduras; Villaseca, trucha de diaguitas a la plancha, perfumada a la oliva, con zapallo italiano, eneldo, acompañada de arroz al cilantro; y de postre, un icono de la región de Coquimbo: papayas flameadas en pisco y salsa de chañar, interpretada en un Puyaye.
Cada preparación, desde sus jugos, pizzas, ensaladas, sopas, sándwich, tablas y tragos llevan los nombres de pueblos del valle de Elqui, lo que es muy significativo para su dueña y sus comensales, quienes sentimos y agradecemos la esencia de este hermoso, único y apacible lugar.
Chivato Negro realmente es un espacio que encanta. Pensado para quienes valoran las expresiones artísticas también, por las noches su patio se convierte en un punto multicultural con música en vivo, acciones poéticas, teatro y mucho más, durante todo el año. ¿Cómo no querer regresar?
¡Síguelos!
Gabriela Mistral 565, Vicuña, Valle de Elqui
Facebook:Restaurante Chivato Negro
Instagram: chivato_negro
Twitter: Chivatonegro
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