Si te llama la naturaleza y la buena comida, el Parque Las Nalkas es perfecto para ti. Ubicado en las costas de Ñuble, se encuentra una perfecta combinación de naturaleza y gastronomía: senderos entre cerros, hermosos miradores, incluso un gran columpio donde podrás sentir que flotas sobre un acantilado. El parque ofrece alojamiento en seis cabañas temáticas ubicadas entre cerros y árboles, sin embargo, lo que nos llamó a visitar esta vez fue la gastronomía de Gabriel Beilinson, chef argentino amante del surf a cargo del club house del parque.
Gabriel nos recibió con brazos abiertos y nos mostró lo que llama gastronomía GABA: una interesante propuesta de comida con influencias italianas, y un giro innovador en el uso de productos locales y de temporada. Su fuerte son las pizzas: deliciosa masa a la piedra hecha con masa madre y agua de vertiente que Gabriel deja fermentar de uno a dos días antes de llevarla a tu mesa.
Si vienes desde Cobquecura, debes tomar el camino de tierra que se dirige a Talcamávida poco antes de llegar a Buchupureo. Pese a los 3,7 km de tierra es accesible para vehículos de todo tipo y cuenta con estacionamiento.
A pocos metros de la entrada, en medio de una frondosa vegetación de peumos, nalkas, helechos, y arrayanes se encuentra GABA. Una pintoresca casa de dos pisos con balcón, donde puedes escoger entre sentarte afuera y escuchar el agua de vertientes caer, o refugiarte cerca de una hermosa estufa de piedra hecha en Chiloé, todo con un giro moderno, y muros pintados de colores.
Gabriel nos recibió con pancitos con especias en un canastillo comestible. Nos contó de sus tres años desarrollando este proyecto junto a su pareja y equipo en el parque, de su amor por el surf, los viajes y la comida vegetariana, mientras compartimos una cerveza Bock de Bio Bier. Se trata de una exquisita cerveza artesanal alemana desarrollada en el Valle de Las Trancas, ubicado en pleno sector cordillerano de Ñuble. Nos sirvió una hermosa ensalada de flores silvestres con empanadas de pequén, cuatro quesos, y cochayuyo. Incluso para los que no son fanáticos del cochayuyo les recomiendo probarla. Es maravillosa.
Seguimos con la pizza. Se nota el cariño y dedicación, ingredientes frescos y sabrosos que acompañamos con una Weizen de Bio Bier. El plato de fondo, y uno de los más pedidos fue la lasaña de jaiba: exquisita masa italiana con jaiba fresca de la zona y especias que Gabriel nos sugirió maridar con una Pilsner de la misma marca andina, contrastando su amargor con los toques dulces de la lasaña. Finalmente nos consintieron con helados caseros de chai, papaya y frambuesa, con frutas crocantes caramelizadas, café Honduras recién tostado, y un té oriental summer de Inés Bertón tealosophy. Simplemente exquisito.
Si quieres recorrer los senderos, debes tener en cuenta que son de dificultad moderada y te tomará dos a tres horas recorrerlos con calma. Si vas con niños debes tener cuidado, ya que algunos miradores no cuentan con barandas, y en ningún caso es un lugar amigable para la tercera edad o minusválidos.
Síguelos!
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