Por regla general, he aprendido que no se debe juzgar la comida de un restaurante en relación al tamaño de su local. Eso nunca.
Hace unos días tuve la posibilidad de ir a probar por primera vez la comida thai. Sí, aquella de la que tanto se habla, aquella que está tan popular entre los habitantes de la ciudad. Yo, sólo sabía que sus sabores se basaban en lo agridulce, y nada más.
Al llegar a la esquina de calle Salvador con Francisco Bilbao, en Providencia, me perdí un poco. Buscaba y buscaba al Siam Thai y no lograba dar con él. La tarde estaba muy calurosa y ya era hora del almuerzo, así que comenzaba a impacientarme (y a ponerme mal genio, como todos cuando tenemos hambre, jeje).
De pronto lo vi, entre medio de unos árboles, al costado de la plaza que está justo en aquella intersección. ¡Qué agradable visión! Me recibió Minerva Reyes, una de las socias. El local estaba lleno, lo que era un buen indicio. La carta figuraba en un material como bambú con un elefante en su portada. Un sofisticado detalle.
Lo primero al llegar a la mesa fue un jugo, ya que la sed necesitaba ser saciada. Se posó frente a mí un vaso de “Pink Mix” hecho con pulpa natural de frutilla y frambuesa, licuadas con leche de coco. ¡Wow! Realmente exquisito, suave, con textura. De todas maneras si van a comer comida thai les recomiendo un refresco más cítrico, debido a los sabores picantes propios de esta gastronomía. En Siam Tiam pueden optar por un “Sunset”, jugo natural de naranja y mango con toques de jengibre y granadina, o por un “Tropical Fresh”, pulpa natural de piña con toques de menta y jengibre.
Mi primer acercamiento a esta nueva experiencia fue a través de un “Satay de Pollo”. Este apettizer consiste en filetillos de pollo marinados en especias thai a la parrilla, bañados en salsa de maní y curry. A la minuta, como toda la comida del lugar.
El festín siguió con dos platos; el típico "Pad Thai”, categorizado como uno de los platos más ricos del mundo, y un “Pollo al Curry verde” acompañado de zapallo italiano, albahaca, papas y arroz jazmín, un arroz muy diferente al que estamos acostumbrados a comer, pero no menos sabroso. Por su parte, tan sólo nombrar los ingredientes del “Pad Thai", noodles de arroz salteados con tofu, camarón, pollo, cebollín, cebolla morada, dientes de dragón y salsa en base a tamarindo, acompañado de limón y maní, hace que el apetito se abra de forma automática, esperando ser deleitado por tal combinación de sabores. Y lo logra.
Les debo advertir que la comida thai es exquisita, pero muy contundente, así que no se hagan los valientes y coman con prudencia, probando todo lo que gusten.
El sello de esta velada diurna estuvo a cargo de un desconocido “Kluai buat chi”. ¿Qué es eso que suena tan bonito se preguntarán? Pues consiste en plátanos envueltos en masa da wantan con chocolate, acompañado de helado, salsa de caramelo y frutillas. ¿Lo pueden imaginar? Aunque de todas maneras es mejor probarlo y si lo pueden compartir, mucho mejor, porque probablemente no podrán con él.
Al conocer Siam Thai deduje que no es necesario un restaurante de comida thai que ostente en decoración, ya que en un simple local, amigo de los ciclistas (tienen estacionamiento y descuentos para ellos) puedes probar los más ricos sabores de esta cocina del otro lado del mundo. ¡Vayan! Francisco Bilbao 581, Providencia.