Cafeterías con wifi en Ñuñoa

CAFÉ ORIGINARIA: GASTRONOMÍA LOCAL Y REPOSTERÍA ARTESANAL EN BARRIO ITALIA

En un patio acogedor, rodeado por árboles frutales y varios tipos de plantas, se encuentra una cafetería muy particular: Café Originaria, un espacio que entrega una energía sosegada y hasta zen, que alegra el alma y también la “guatita”.

Su gastronomía, creada por diversos emprendedores de Santiago, marcan la diferencia. Soledad Pomes, su dueña y gestora, imprime en cada rincón su creatividad y amor por esta cafetería que en junio cumplió un año. “Mi idea fue crear un lugar sin ánimos de lucrar. Mi interés fue más que nada rescatar el emprendimiento, lo local, artesanal, y lo hecho a mano”, señaló.

Y su propósito lo consiguió: ofrecer menús diarios, de martes a domingos, con preparaciones de diez emprendedores, quienes cocinan con un cariño totalmente demostrado en nuestro almuerzo, donde quedamos realmente satisfechos.

Jugo 100% natural de frambuesa, pepino y jengibre, y limonada menta-jengibre, acompañaron el menú del día, consistente en un quich de jamón-cebolla y empanada al horno de queso y mechada, ambos acompañadas de ensalada. La empanada, exquisita en sabor, con una mechada muy bien preparada y una masa fenomenal.

Luego, la sorpresa fue el pastel de papa, también con carne mechada, muy casero, contundente y hogareño, más una lasaña vegetariana con espinaca (amada), acelga, choclo, pimentón rojo y salsa bechamel. Cosa “pa´ wena”. Ambas servidas en pocillo de greda, como debe ser, manteniendo el aroma y temperatura.

Y los pastelitos, broche de oro de cualquier cafetería, fueron dignos de nuestro aprecio, valorando además el que sean creados de forma artesanal. Sole, nos agasajó con un mix de estos: pie de limón, brownie, cheesecake de frutos rojos (muy rico) y nuestro  favorito, por su equilibrio en dulzor y lo fresco en paladar, la Torta Puerto Varas. Todas estas dulzuras acompañadas por un mocaccino con barra de chocolate (para los dulzones-dulzones) y un fuerte Cajarito, un espresso con wishky o con “malicia”, como se dice.

El lugar es ideal para reuniones, para la desconexión total de la capital y donde te puedes sentir como en el patio de la abuelitos o en el valle de Elqui, que fue mi particular sensación. La música es relajada, casi ni se siente, su decoración es vintage, colorida y muy bien cuidada. Hay mucha madera, con sillas normando y de mimbre; banderines, cuadros, calefacción, mantitas para no sentir el frio, y bellas baldosas artesanales en piso y paredes.

Café Originaria cada día recibe más comensales, por la atención personalizada y su oferta gastronómica sencilla, sensata, hogareña y artesanal, con tés orgánicos, infusiones, pan artesanal con masa madre, menú de fin de semana mucho más variado, pastas artesanales, variedad en café y chocolate caliente, opciones de jugos naturales que cambian a diario, sopas y cremas, repostería artesanal y también mapuche, y algunas opciones para veganos y celiacos.

Así es que todos invitados a salir del bullicio, la agitación diaria, los fríos edificios y a acogerse en este lindo espacio, para comer rico, relajarse y apoyar el emprendimiento local gastronómico, con sabores bien caseros y buena factura. Un rincón especial para siempre volver.

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