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PIZZA Y CERVEZA; UNA DUPLA INFALIBLE

Nuevamente Barrio Bellavista, 14:00 hrs. Calor y hambre se mezclan perfectamente a esa hora para hacerme desear comer un elefante, pero no, debo controlarme. La cita es en The Pizza Factory y su nombre ya suena bastante tentador.

Nos recibe (junto a mi comensal) Dafna y Valerie como anfitrionas y nos indican nuestra mesa reservada. Muebles vintage, con estilo, con onda. De entrada nos hicieron saber que en The Pizza Factory tienen una variedad no menor de cervezas; de Chile, España, Bélgica, Estados Unidos, Alemania y México y que se pueden maridar perfectamente con cualquiera de sus pizzas.

Llegó la carta y mientras la ojeábamos con mi compañera, saciamos el paladar con un picoteo hecho con la misma masa de las pizzas para untar en apetecibles salsas a tú elección: Ají amarillo, tapenade de aceitunas, tomate y espinacas a la crema. Ricas, ricas. Personalmente recomiendo la de Ají amarillo para quienes gustan de los sabores potentes. 

Por supuesto, decidimos probar la sugerencia de nuestras amables anfitrionas y de Gonzalo, quien se encargó de atendernos, contarnos acerca de los sabores e ingredientes de las pizzas y hacernos una refrescante degustación de las cervezas.

La selección fue “Porko BBQ”, porko en suave salsa barbacoa, servido con cebollas acarameladas. ¿Se la imaginan? Y sí, ¡estaba exquisita! Yo quise maridarla con una cerveza “Cerros de Chena American Amber Ale” y quedó perfecta. Otros pueden preferir algo más oscuro como una buena “Kunstmann Bock”, cosa de gustos. Pero de que hay bebestible para regodearse, hay. Cervezas de pomelo, naranja, suaves, fuertes, de todo.

Dentro de la carta, que cuenta también con ensaladas, cafetería, tragos, shop y postres, podemos destacar la pizza “Marroquí”, con berenjenas y pimientos en juliana con aceite de ajo o la pizza “Peruana” hecha con choclo peruano, cilantro, salsa de ají amarillo, servida con pollo o camarón. Todas sus pizzas, que van desde los $4.200, son en formato individual que consta de 6 trocitos en masa delgada a la piedra. Los bocados se ajustan con precisión.

Y como mencioné anteriormente, la carta no sólo se queda en pizzas. Tuvimos el placer de probar dos manjares dulces que terminaron de enamorarnos del lugar (a propósito del día de los enamorados). Un “Cheesecake de chocolate” se plantó coqueto en nuestra mesa listo para ser degustado, y fue delicioso. A su lado, lucía una “Espuma de manjar”, suave y cremosa (sin huevo).

Dos cosas en este punto: la primera es que hay que comer pizzas con prudencia para poder llegar a la etapa postres y la otra es que, maravillosamente, los postres también se pueden maridar con cerveza. 

Los ingredientes son novedosos, diferentes, la masa es crujiente en su punto, la variedad de cervezas es muy atrayente y todos te atienden con amabilidad. Como valor agregado los garzones están uniformados con una estilosa boina gris.

Finalmente The Pizza Factory se convirtió en uno de nuestros lugares favoritos. Para recomendar e ir hasta decir ¡basta!  

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