Un Poco de Historia

En el Chile colonial, viajar entre el puerto de Valparaíso y la capital significaba hacer un pesado trayecto de al menos dos días, a caballo o en carreta. Era necesario, por tanto, parar una noche a mitad del camino, en Curacaví, donde los lugareños recibían gustosos a los viajeros, agasajándolos con comida típica, arrollado, pernil, cazuelas, empanadas, pastel de choclo, miel, mermeladas, chicha... y también con ricos dulces del lugar. Con el objeto de que el dulce pudiera ser llevado "para el viaje", se le agregó betún endurecido de clara de huevo, para protegerlo del polvo del camino. La creatividad lugareña dió lugar a la popularidad de los "dulces de Curacaví", dándoles variadas formas y sabores, originando así su reconocido caracter casero.

Agua de Piedra abre sus puertas en 1949, y desde ese entonces ha sido parada obligada para quienes busquen un lugar tipicamente chileno en los viajes entre Santiago y el litoral central, manteniendo estas tradiciones de calidad por mas de medio siglo.

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