Restaurantes de Moda en Iquique

RAYÚ – IQUIQUE: UNA FAMA BIEN GANADA

En el polo gastronómico de la península de Cavancha, se encuentra ubicado este estiloso ambigú, el cual tiene sus orígenes en la ciudad de Arica en el año 2010, donde se encuentra su filial principal. Rayú debe su nombre a las iniciales de los nombres de sus propietarios, Raúl Muena y Yubitza Aldunate, dos ingenieros que proyectaron la necesidad regional de tener un restaurante elegante y con tintes gourmet.

Nuestra visita a este comedor venía precedida de excelentes comentarios. Y aquí es donde Rayú, es una suerte de estandarte del norte de Chile, porque es uno de los pocos espacios que se ha abierto camino en la escena local con visos gastronómicos de altura. Sin duda, la cocina de este sutil y pulcro restaurante gana notoriedad años tras años amén del comentario de comensales que alaban preparaciones que sacan tersura y provecho de los recursos locales.
 

En Rayú, hay recetas inspiradas en grandes restaurantes peruanos, cosa que no se oculta, expresada en ceviches, pescados del día en salsas de mariscos, parihuelas, además de una selección de carnes, que por cierto, muestran una combinación de modernidad culinaria, que se ha consolidado como un sitio en que sus preparaciones se expresan bajo un formato internacional, con toques peruanos japoneses, sumado al ideario personal de su chef ejecutiva Carmen Campiña Domínguez.

Nuestra experiencia Rayú, comenzó con la escénica atención y preparación de un pisco sour, con un espirituoso Cuatro Gallos. Aperitivo justo en alcohol y dulzón, con notas anaranjadas y de canela propias del jarabe de goma casero que denotan secretos manejados sabiamente a manos del obsequioso jefe de garzones don Wilson Peláez. Una verdadera institución y tesoro de Rayú, que vino de perilla a la cortesía de la casa, consistente en un Puré andino con brochetas de pollo y Wantanes rellenos.

Acto seguido disfrutamos de un Festival de causas, que contenía jaiba en salsa de maracuyá, pulpo al olivo, camarones golf y ceviche de corvina en su leche de tigre. Plato fresco y lleno de sabores. Realmente una expresión soberbia del Rímac. Al abordaje, se nos apareció un Pulpo Nikkei, uno de los platos bandera del local. Con buena presentación y toques de tocino, apio, pimentón, cebollín en salsa teriyaki que se combinó equilibradamente con un Pinot Noir,  Kuda, Viña Kalfu, valle de Leyda, año 2015.Notas delicadas, frutal y expresivo. Un acierto.
 

Y como dicen por allí, todas las obras de arte deben empezar por el final, nos guardaron dos sorpresas para el alma, espíritu y regocijo nuestro. Costillas de cordero patagónico con emberré de papas y Arroz mojadito al estilo norteño. Ello, acompañado por un ensamblaje, Limited Selection, Cabernet Sauvignon y Carmenére, Viña Montes, valle de Colchagua, año 2012. Perfectamente seleccionado por la sommelier doña Martina Flores.

Con el cordero es donde Rayú gana puntos como estelar en el norte. Si bien se trata de una carne no originaria, su preparación ralla en la perfección, tierna y sabrosa. Con una guarnición que va en sintonía de expresión con la cocina nortina, un deleite que no debe dejar de probar para degustar sólo con tenedor. Por su lado, el arroz en su expresión peruana de aguadito, irradia sabor y enjundia con gusto a mar dado por los productos marinos, como ostiones, calamares, pescados y pulpo, puro Perú.
 

El remate ante tal festín, se escampó con una degustación de postres: crema volteada, creme brülée, torta tres leches, suspiro limeño, merengue de chicha morada y crespín de nutella. Un plato para compartir y terminar endulzando una velada con broches de oro para cualquier goloso, destacando de igual modo el ritmo del servicio, el cual ralla en la excelencia. Sobrio, amable y versado con conocimiento de la carta y de las preparaciones, se agradece, así como también su manejo del catálogo de vinos tradicionales y de especialidad, que merecen atención. En resumen, se nota la propuesta de una cocina franca que interpreta el gusto gourmet de su clientela, con rescate de productos locales, sazonados al picor justo de la personalidad iquiqueña. Restaurante que marca la cancha en el escenario local. No por nada figura en guías especializadas por su calidad. Algo que valida servicio tras servicio.

¡Síguelos!

Av. Filomena Valenzuela 125-A, Península de Cavancha, Iquique

Facebook: Restaurant Rayú


Antonio Brillat - Antofagasta

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